La entrega ralentizada del algodón perjudica la calidad de la fibra

Compartir:

En el norte de la provincia de Santa Fe, zonas este-oeste, el proceso de cosecha avanzó hasta un 90% promedio, con intervalos de labores por la humedad de las últimas lluvias.

Mientras la recolección continuó con normalidad, el principal inconveniente fue la entrega del algodón a las desmotadoras, por lo que lo cosechado permaneció en los campos, expuesto a las adversidades climáticas y perdiendo calidad de fibra.

Debido a las nuevas tecnologías existentes en el sector, algunos productores confeccionaron rollos con la fibra en bruto, minimizando así, las pérdidas seguras. Otro punto clave es que, por la pandemia,  las desmotadoras solo reciben algodón desde 7hs. De la mañana hasta las 19hs. cuando el año pasado lo hacían las 24horas.

Cuando a mediados de abril se llevaban un 50% de avance de cosecha las desmotadoras comenzaron a otorgar  cupos para la entrega de algodón,  esto obligó a la confección de rollos de algodón mientras continuaba la recolección.

Por un lado continuaron con los cupos, recibiendo lo cosechado a granel y por otro lado cupos para rollos ralentizando toda la entrega, así cerca de un 30% de lo cosechado está en los campos a la intemperie bajando la calidad de la fibra.

En el área este, con 11.300 hectáreas sembradas la cosecha llegó al 85 %, los rendimientos promedios obtenidos siguieron sin variaciones y continuaron manteniéndose superiores a 22 qq/ha, con mínimos de 15 qq/ha y máximos de 30 qq/ha. Considerados como buenos a muy buenos por el sector productivo.

En el área oeste, con 40.100 hectáreas sembradas el proceso de cosecha llega al 60 %, los rendimientos obtenidos en promedio oscilaron desde 21 a 23 qq/ha, con mínimos de 10 qq/ha y máximos de 32 qq/ha.

Se continuó aconsejando a los productores la necesidad del monitoreo de las trampas para picudos, en los pocos lotes donde la etapa de floración estuvo llegando a su fin y en los que comenzaron las etapas de defoliación y recolección, para la posible captura de los insectos, en caso de presencia, disminuyendo así su población.

Además se recomendó a los productores: que procedan a la destrucción de los rastrojos a medida que finalicen la cosecha. Ante disposición de SENASA, la fecha límite de destrucción de los rastrojos del cultivo, fue fijada para el 31 de mayo para la zona este y el 15 de junio, para la zona oeste.

Anterior

En el centro de la región agrícola se cosechó casi toda la soja

Siguiente

Con un crecimiento del 12% en el área de trigo el uso de fertilizantes aumentaría hasta un 6%

Noticias Relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *