Según el relevamiento del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), de la Bolsa de Comercio de Santa Fe la superficie sembrada este año fue de 321.000 hectáreas. Con unas 55.000 ha sembradas menos que la campaña pasada, se evidenció a su vez una pérdida de área de 11.300 ha, debido a cultivares que vieron interrumpido su ciclo por el perjuicio de la sequía. En suma, la superficie finalmente cosechada fue de 309.650 ha, representando una caída del 17,6% en comparación con el ciclo agrícola 2021/22.
El cultivo estuvo acompañado por una baja disponibilidad de agua útil en la cama de siembra, alterando el normal desarrollo del proceso de implantación y “rendimientos promedios irregulares que reflejan el impacto de las lluvias escasas en alguna etapa del ciclo del cereal”. Estas vicisitudes afectaron directamente sobre la producción final, la cual ascendió a las 650.193 toneladas, menos de la mitad de lo producido durante la campaña pasada.
El rendimiento promedio de la región se ubicó en 21,00 qq/ha, con una merma en torno al 43,0% a lo obtenido en año anterior. Este constituye el segundo menor registro (luego de la malograda campaña 2020/21) en las últimas 8 campañas de trigo en el centro-norte de Santa Fe.
Amplia variación en los rindes promedios en los distintos departamentos del centro-norte de la provincia, con mermas productivas que oscilaron entre un 27,0% y 49,0%.
El aumento de los precios internacionales de commodities se vio reflejado también en los precios del cereal alcanzando en mayo de este año los U$S 522,3 por tonelada, siendo el promedio mensual más alto en los últimos 10 años. Hacia noviembre las cotizaciones mermaron levemente (U$S 422,7 por tn), aunque aún se encuentran ampliamente por encima a los registros del año previo, según datos del Banco Mundial.
El mercado local presentó una situación similar con cotizaciones en niveles históricamente elevados a lo largo de la actual campaña. Durante el período de cosecha, los precios promedios mensuales se mantuvieron un 50,0% por encima a igual período del año pasado, alcanzando los 354,5 dólares por tonelada.
A pesar de la merma productiva en la campaña (40,0% en promedio), los buenos precios observados permitieron a los productores (de referencia) en el centro-norte de Santa Fe obtener márgenes positivos, aunque se encontraron ampliamente por debajo a los habituales.