El 42 % del maíz temprano en el centro norte de Santa Fe se encuentra con secuelas e impactos, en el período crítico de floración y fructificación. Ésta situación involucra a una superficie de 38 mil hectáreas con el cereal que ya fue afectado.
El déficit hídrico fue importante, especialmente como consecuencia de las altas temperaturas diarias y la ausencia de lluvias, por lo cual, con el transcurso de los días se incrementó el amarillamiento y marchitamiento de las hojas basales, el cambio de la intensidad de la coloración de las plantas y su mortandad, afectando también, el llenado de los granos.
La Bolsa de Comercio de Santa Fe señaló que ante dicha realidad, particularmente en el área de influencia de las cuencas lecheras del SEA, se aceleraron las definiciones de las tareas de acuerdo al estado de los maizales, observándose el movimiento de equipos para el picado/embolsado.
Cerca de 12 mil hectáreas de maíz contemplan rindes que solo cubren los costos de implantación, bajo esta situación los productores venden y destinan ese maíz, que originalmente tenía como destino grano comercial, para picado cobrando entre 40 y 50 quintales por hectáreas para cubrir los costos.
Los rendimientos obtenidos fueron muy dispares, en general se logró un rendimiento promedio de 8 a 10 m/bolsa/ha, cuando el año pasado se lograron rindes de 12 metros bolsa por hectárea.
Otro factor es que durante el proceso, el ambiente climático cálido y el material vegetativo seco a muy seco, alteraron no solo la cantidad del producto, sino también su calidad y con dificultades en la concreción de buenos resultados de los trabajos.
De esta manera, se acentuó la variación de las expectativas de los logros de los futuros rendimientos y continuaron generando incertidumbre, de persistir la ausencia de precipitaciones.