El 36% del rodeo vacuno santafesino está ubicado en el norte de la Provincia

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El norte de la provincia de Santa Fe es una región con tradicional preponderancia de la actividad ganadera, asentada sobre la ventaja comparativa de la disponibilidad de forraje que se obtiene de los pastizales naturales de la zona.

Un semblante de la actividad ganadera que hizo la Bolsa de Comercio de Rosario indicó que la hacienda bovina en los departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y San Javier ascendía a 2,2 millones de cabezas a principios del año pasado, equivalente al 36,4 % del total del rodeo santafesino. Del área que abarcan los cuatro departamentos mencionados, alrededor de un 85 % está destinada a la actividad ganadera. La zona norte es básicamente criadora por sus aptitudes agroecológicas. 

Según datos de SENASA sobre la primera campaña de vacunación antiaftosa de 2018 para la provincia de Santa Fe que se realiza entre los meses de marzo y abril, la hacienda bovina en los departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y San Javier ascendía a 2.258.096 cabezas a principios del año pasado, equivalente al 36,4 % del total del rodeo santafesino.

El stock en el departamento General Obligado totalizaba 512.052 cabezas, mientras que en el departamento 9 de Julio ascendía a 644.219 cabezas, a 312.831 cabezas en San Javier y a 789.045 cabezas en Vera. Del área que abarcan los cuatro departamentos mencionados, alrededor de un 85 % está destinada a la actividad ganadera.

La ganadería cuenta con un fuerte arraigo tradicional en todo el norte santafesino y constituye un importante pilar económico para la región. La ganadería que se practica en los departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y San Javier es de tipo extensiva, ya que se dedican grandes extensiones de tierra para la cría de ganado (entre 3 y 4 hectáreas por cabeza).

En muchos casos se hace ganadería con suplementación; es decir, en los meses invernales se alimenta el rodeo con granos y pasturas artificiales. Son comunes las prácticas de inseminación artificial en la zona como así también la compra de sementales de buena calidad en cabañas de la región.

Una de las ventajas comparativas de los Bajos Submeridionales, a pesar de ser afectados por recurrentes sequías e inundaciones, es la alta tasa de preñez de la región (entre 70% y 80%) y que es una zona libre de mosca, que constituyen un importante problema para la cría de ganado vacuno. Otro atractivo de esta vasta zona es que cuenta con tierras de menor valor y productividad agrícola en relación a las de la zona núcleo, mientras que los rendimientos ganaderos son aceptables.

Si bien la zona norte es básicamente criadora por sus aptitudes agroecológicas, cuando se analizan las existencias por categoría en las diferentes regiones, no se observan grandes diferencias. Es decir, las actividades de cría e invernada están presentes a lo largo de la región.

Los departamentos ubicados en los territorios costeros (General Obligado y San Javier), en las superficies formadas entre el Río Paraná y sus brazos colaterales y afluentes, se practica la ganadería de islas, que aprovecha los ricos recursos forrajeros que este ambiente ofrece. 

Las islas varían según la altura del río, aumentando su superficie aprovechable para la cría de animales cuando el río permanece en niveles bajos, y reduciendo su superficie cuando el río sube. Ante crecientes de gran magnitud las formaciones isleñas llegan a desaparecer completamente, obligando a los productores a transportar la hacienda a tierra firme. Este factor suma altos costos y un importante grado de incertidumbre a la actividad y limita la posibilidad de realizar una planificación ganadera con cierto grado de precisión. 

En épocas de pariciones los problemas pueden agravarse al ser los terneros la categoría más susceptible. Entre abortos, terneros que nacen en el agua y no terminan de ser logrados, otros que sí son logrados pero mueren ahogados o tienen un mal estado y bajo peso corporal que los hace susceptibles a enfermedades, las perspectivas a más largo plazo de la explotación ganadera se ven deterioradas.

Fuera de éstos, los excesos de agua y la falta de piso dificultan la movilidad a la hora de buscar a las vacas en celo, impactando negativamente en el servicio de toros, al tiempo que las madres pierden estado corporal, desmejora su estado de salud y no producen celo fértil.

En resumen, la actividad ganadera en el norte de Santa Fe tiene gran arraigo tradicional y cuenta con ventajas comparativas que fomentan su explotación extensiva, aunque no está exenta de riesgos. Entre éstas, los desastres naturales por inundaciones o sequías se cuentan entre las que revisten un mayor impacto inmediato, al tiempo que comprometen los ingresos potenciales a futuro.

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