En las últimas semanas se logró terminar de implantar 6,87 M de ha. El área es un 6% mayor que el año pasado y supera por un 93% a la del 2012/2013, la peor de la década, cuando apenas se sembraron unas 3,5 M ha y quedaba en dudas cubrir las necesidades del consumo interno, así lo destacó la Bolsa de Comercio de Rosario.
Con un invierno menos riguroso, mejores condiciones de partida de las reservas hídricas junto a lluvias en julio y en los recientes días de agosto todo parece ir en favor del ciclo triguero. El trigo marcha sin contratiempos hacia su objetivo productivo de alcanzar 21,5 M Tn. Dicho horizonte productivo surge de tener en cuenta un rinde de32 quintales y pérdidas de área que descuenten unas 150 mil ha.
¿Cómo está el trigo en este momento?
50 mil hectáreas están en malas condiciones y 250 mil, regulares mayormente en sectores del SO bonaerense por la falta de agua. Pero el resto, el 95% del trigo, está bueno a muy bueno. Desde la región centro hacia el norte están macollando, aunque ya están encañando lotes del noroeste argentino en las provincias de Jujuy y Salta. Hacia el sur de la región centro predominan las etapas de foliación o inicios de macollaje.
Pero en general hay un rasgo marcado en esta campaña. Cómo las siembras se atrasaron por problemas hídricos, el cultivo está más atrasado que en otros años.
Por otro lado, un invierno más moderado, sin eventos extremos como las grandes heladas del año pasado, pero con masas de aire frías que imponen temperaturas típicas del invierno, está estimulando excelentes tasas de macollaje sin dejar grandes daños en hojas y sin paralizar el crecimiento aéreo del cultivo. Y el frío está siendo un freno efectivo, que limita el avance de las enfermedades. Roya amarilla y anaranjada está presente en todas las regiones productoras.
En general no se están tratando, pero todos los cuadros se siguen de cerca, monitoreando a cada semana la evolución.
Trigo: ¿qué regiones están mejor o peor que en el 2018?
Entre Ríos, Santa Fe, buena parte de Córdoba junto al NOA y NEA se destacan por sus buenas condiciones. Todo el norte y buena parte del centro argentino relucen de verde en el mapa de reservas de agua en el suelo, al igual que sus lotes sembrados con trigo.
Muy distinto era lo que sucedía un año atrás, cuando la falta de agua y las crudas heladas bajaban la condición, resignando macollos y posibilidades productivas. Hoy las zonas más complicadas por la falta de agua están en el sur de Córdoba, y al entrar en territorio bonaerense se agravan en la franja oeste. Allí hay dos sectores que están empezando a preocupar: sur y centro oeste bonaerense.
Pero Buenos Aires tiene guardado un as en la manga: cuenta con más probabilidades de recibir agua por la distribución de las lluvias invernales que la privilegia frente a otras provincias. Y tambien tiene más tiempo para esperar el regreso de las lluvias, ya que el cultivo está en sus primeras etapas.