En el último tiempo, ha irrumpido con fuerza en el mercado internacional, la Peste Porcina Africana, que está afectando negativamente la producción de cerdos en China, principal fuente de demanda de harina de soja en ese país. El panorama se completa con el retraso que está sufriendo la siembra de maíz en EE.UU. debido a condiciones climáticas adversas, y la posibilidad de que parte de esta superficie pase finalmente a engrosar el área destinada al cultivo de soja. Así lo detalla un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la fundación INAI.
El principal foco de atención en la actualidad es China, país que se encuentra luchando contra la enfermedad desde agosto de 2018, cuando el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales confirmó el primer brote del virus en cuatro casos. “A pesar de los controles implementados, 129 nuevos brotes fueron observados hasta el 9 de mayo, y más de un millón de animales fueron sacrificados”.
China es el mayor productor y consumidor de cerdo del mundo. Con una producción que supera las 54 millones de toneladas, representó en 2017 el 48% del total mundial, el doble que la Unión Europea y cuatro veces más que EE.UU. En dicho año consumió 56 millones de toneladas, requiriendo importaciones por 1,6 millones, de manera que es también el principal importador de esta carne (un 20% del mercado internacional).
Entre las visiones más pesimistas, el Rabobank estima que la epidemia podría implicar una caída de 30% de la producción de cerdo en relación al 2018, alrededor de 15 millones de toneladas. Su investigación prevé un incremento de las importaciones que alcanzarían 4 millones de toneladas, así como también un incremento en el consumo de carne aviar. En cambio, “la visión del USDA es algo más moderada, proyectando para 2019 una caída en la producción de cerdo de China de 10%, con un 40% de incremento de las importaciones”.
Así, las importaciones de poroto de soja podrían disminuir en alrededor de 9 millones de toneladas en el escenario central. Estos efectos sobre las importaciones se suman a los resultantes de la retracción de la demanda china debido a los aranceles impuestos en el marco de la guerra comercial.
Por todo esto se estima que la producción porcina caería entre 5 y 17 millones de toneladas (MTn), el consumo caería entre 5 y 12 MTn y las importaciones treparían entre 0.7 y 4 Mtn, dependiendo el escenario. “Las importaciones de soja China podrían caer en casi 11 Mtn. Generando un fuerte impacto sobre los precios internacionales. En el caso de la soja, los precios del poroto y subproductos podrían caer entre 4% y 13%. En tanto que la carne de cerdo treparía entre 1.9 y 13%”.