Los acumulados pluviales distan mucho de ajustarse a los valores estadísticos del mes de febrero. De esta manera se repite un comportamiento que fue persistente durante el trimestre de primavera. Este comportamiento sólo fue compensado con las lluvias del mes de enero, las cuales son el sostén de los resultados en esta campaña.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos señaló que el escenario de corto y mediano plazo no es alentador. El mes de febrero ya puede considerarse cerrado desde el punto de vista pluvial y por otra parte la estabilidad y las altas temperaturas prometen asentarse en la transición hacia el mes de marzo.
Esta coyuntura que caracteriza la finalización del trimestre de verano, no se restringe al territorio entrerriano. “Toda la zona núcleo está padeciendo este nuevo retroceso que domina el patrón pluvial de gran escala”.
La entidad indicó que en el caso de la soja de primera la condición muy buena tuvo una caída del 30 % y se registró un incremento del 20 % en la condición buena y del 10 % en la condición regular.
Mientras que la soja de segunda, la condición muy buena tuvo una caída del 15 %, no hubo cambios en la condición buena, pero si un incremento del 13 y 2 % en la condición regular y mala respectivamente.
Estas variaciones están directamente relacionada con las precipitaciones durante el mes de febrero, donde hubo registros los primeros diez días y hasta la fecha domina un pulso seco junto con altas temperaturas. Este escenario repercute negativamente en el estado de los cultivos.
En base a las últimas proyecciones, la superficie implantada con soja de primera en la provincia de Entre Ríos se posicionaría en 675.000 hectáreas, mientras que el área implantada con soja de segunda se ubica alrededor de las 470.000 hectáreas.
Actualmente, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos está procesando imágenes satelitales para determinar con mayor precisión los datos referidos al área cultivada.