En Chaco ya comenzó la siembra y norte de Santa Fe también donde ya se vendió más semillas que el año pasado. Los resultados preliminares de la nueva campaña indicaron una importante expansión de la oleaginosa en las regiones del norte del país, principalmente el NEA; mientras que sobre los núcleos productivos de Buenos Aires y La Pampa el girasol se perfila a recuperar el área que no pudo ser implantada durante la campaña pasada por excesos hídricos.
Bajo este escenario, y de mantenerse buenas condiciones climáticas durante toda la ventana óptima de siembra, se estima que el área destinada a girasol alcanzaría las 1.900.000 hectáreas para la campaña 2018/19. Dicha cifra se ubicaría un 8,6 % por encima del ciclo previo y un 24,2 % superior al promedio de las últimas cinco campañas agrícolas (Superficie 2013/14 a 2017/18: 1,53 M Has).
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe de precampaña para la oleaginosa indicó que el incremento estimado en 150.000 hectáreas se encuentra sujeto a la evolución de la siembra, la cual se extendería hasta fines de noviembre y principios de diciembre, momento en el cual las regiones más productivas del sur de Buenos Aires y La Pampa se encontrarán en plena actividad de implantación.
Luego de un verano con escasez hídrica, las precipitaciones registradas durante los meses de abril y mayo lograron abastecer de buena humedad a los perfiles que se encontraban en estado de sequía y mejorar las perspectivas para la nueva campaña de gruesa.
A la fecha, el noreste y sur de Santa Fe, gran parte de Buenos Aires y la Cuenca del Salado presentan una condición de humedad entre buena y óptima, posibilitando un incremento en la intención de siembra con girasol. A su vez, el Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires podría recuperar el área que no se implantó durante la campaña 2017/18 por excesos de humedad y falta de piso durante el período de mayor actividad de siembra, explicó la entidad.
En contraposición, sectores del oeste de Chaco, noroeste de Santa Fe, sudoeste de Buenos Aires y La Pampa mantienen un estado hídrico deficitario, producto de la ausencia de lluvias durante el último mes, que podría afectar al comienzo de la siembra de la oleaginosa.
De todas maneras, las perspectivas climáticas para el invierno proyectan vientos del trópico que causarán periodos templado/cálidos de cierta duración y aportarán humedad para la producción de precipitaciones algo superiores a la media estacional. En caso de cumplirse dicho pronóstico, los sectores que hoy presentan una humedad regular podrán mejorar su estado y ofrecer óptimas condiciones para la implantación de lotes, incrementando la participación del girasol en la rotación. Por otra parte, desde el punto de vista económico la relación insumo – producto acompaña los incentivos comentados para el incremento de la superficie a sembrar.
Desde la campaña 2016/17, donde se produjo una mejora relativa del precio del grano al precio de los insumos, esta relación se ha mantenido estable durante los meses de presiembra. Este año no es la excepción, resultando en una relación favorable para la producción del cultivo.
En conclusión, de mantenerse un escenario climático favorable durante toda la ventana óptima de siembra, el área destinada al cultivo de girasol registraría una expansión interanual del 8,6 % en la campaña 2018/19, alcanzando las 1.900.000 hectáreas.
A su vez, los mayores incrementos en la intención de siembra se relevaron sobre el NEA, región que ante una adecuada oferta hídrica podría comenzar con la siembra en los próximos días, y en aquellos sectores de Buenos Aires y La Pampa, donde el girasol podría expandirse sobre el área anegada durante el ciclo previo.