El consumo de carne porcina en nuestro país puede duplicarse en 10 años

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Hoy ya la carne vacuna tiene dos carnes complementarias, la aviar y la porcina y entres las tres superan los 115 kg. per cápita. Todo indica que la carne vacuna continuará con el descenso en el consumo, tanto del lado de la oferta local, como de los precios que condicionan su consumo. Así lo expresa el Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli en un trabajo realizado con JLU Consultora.

“La carne aviar ha llegado a un récord altísimo y será complicado una suba importante por encima de los valores ya alcanzados. Queda la carne de cerdo, que ha marcado importantes aumentos en los últimos años y tiene un techo aun mayor para crecer”.

Esta situación no es propia de nuestro país. En todos los países el crecimiento tanto del consumo de la carne aviar como de la porcina lo hizo en base a una reducción, por diferentes motivos, de la carne bovina.

Propuestas de crecimiento

“Hay muchos productores agrícolas que tienen niveles muy buenos de producción granaria y cada vez es más difícil poder aumentar la productividad. Las variaciones de los ingresos del campo están dadas exclusivamente por un tema de precios internacionales e impuestos locales”.

El informe plantea un ejemplo de un campo de 1.000 ha de maíz o soja, tengo una facturación determinada anual y existe la posibilidad de utilizar 10 hectáreas en la instalación de un criadero completo de 1.000 madres, que consumirá la producción de dicho campo, aumentando la facturación real y dando un margen bruto general de toda la explotación más alto.

(En todos los casos el precio del cereal es el mismo de oportunidad que tenga el productor, obviamente sin fletes, ni gastos de comercialización. Lo que el campo me daba antes de los cerdos, es lo mismo que incluyo como costo a la producción porcina). Las inversiones son importantes en la construcción del propio criadero porcino, pero se pueden amortizar entre 5 y 7 años.

Por otro lado, el negocio porcino es desde hace años un trabajo en producción de escala y los números grandes, de la propia producción en escala, permiten abaratar costos y aumentar las eficiencias. Dentro de este concepto aparecen las divisiones del trabajo en la producción, donde hay un sector de mayor inversión y mano de obra que es la producción de lechones.

“Siempre la cabeza es lo más difícil de obtener, ponerle kilos es mucho más fácil. Por eso desde hace años se incorporaron las UPL (Unidades Productoras de Lechones) donde se encuentran alojadas las hembras productoras para los procesos de servicio, gestación y parición. Al momento del destete las hembras vuelven al sistema interno y los lechones salen del establecimiento con destino de galpones de destete-venta”.

Esta forma de trabajar integrada y coordinada, permite la participación de varios productores en los distintos eslabones y al igual que en el caso anterior, en una superficie muy pequeña del establecimiento, se ubican los cerdos, que permiten darle un valor agregado a la producción de cereales.

Proyecciones de crecimiento

“Para los que estuvimos en el crecimiento del sector, desde que era una promesa potencial, hasta la realidad actual, sabemos que el techo de consumo en el mercado local, por distintas circunstancias, está bastante lejos y desde hace rato pensamos en llegar a los 30 kilos per cápita en el 2030”.

A esto podemos agregarle pasar de las 42.000 toneladas exportadas en el 2020 a 200.000 toneladas exportadas en el 2030, algo totalmente posible. Entre los dos crecimientos aumentaríamos la producción a 1.670.000 ton totales necesitando la producción de 270.000 madres más de alta producción, un crecimiento en la cantidad de madres actuales del 71%, explica la consultora.

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