El 5° Congreso Internacional de Coninagro, organizado bajo el lema “Alimentos para Argentina y el mundo: un desafío del cooperativismo”, estuvo signado por la visita de funcionarios, la exposición de dirigentes del sector, los discursos de figuras del ámbito político y el análisis de periodistas, economistas y técnicos vinculados al sector agroindustrial.
Sin embargo, el bloque blando del evento llegó sobre el final, cuando en un pasaje distendido hubo lugar para la emoción de los 300 asistentes. Fue allí cuando el presidente de la entidad, Carlos Iannizzotto y el vicepresidente Elbio Laucirica le entregaron la distinción a Diana Aguirre, que viajó desde Corrientes y a Magdalena Porma, que llegó proveniente de Río Negro.
Diana Aguirre, emprendedora apícola y educadora, es también presidenta de la Asociación Civil “Cámara Correntina de Apicultores” y vicedirectora en la Escuela Nº 132 Angel Bassi de Loreto. (NdR: localidad situada en el departamento San Miguel, a 220 kilómetros de la Ciudad de Corrientes).
Diana preside la Cooperativa Apícola “Eirete Porá” Ltda., que tiene 37 asociados: “estamos trabajando junto al INAES y estamos asociadods a la Federación de Cooperativas de Corrientes, miembro de Coninagro”, sostuvo en su testimonio.
Diana Aguirre conmovió a todos cuando a través de un posteo de Coninagro que se volvió viral se pudo conocer que aunque perdió toda su producción apícola por los incendios que azotaron al norte y litoral argentino a comienzo de año, ella se dedicaba a rescatar animales del fuego y seguía dando clases en su escuela, ubicada en una zona rural, sobre la ruta nacional 118.
En escenario de la UCA, Diana comentó: “los apicultores y cooperativas federadas luchamos por un nuevo renacer apícola, que la apicultura sea incluida en las agendas municipales, provinciales y nacionales, con una política sostenible y sustentable, y que tenga durabilidad en el tiempo, debemos tratar flagelos muy pronto como el cambio climático, abuso de insecticidas y agroquímicos, para poder magnificar la función que cumple ese insecto tan noble en el ecosistema. No nos olvidemos que el 70% de los alimentos de nuestras mesas son polinizados por las abejas”, remarcó en su discurso que fue interrumpido por un cálido aplauso.
“El cooperativismo fortalece las economías regionales, y a la primera institución que es la familia. La organización interna de una colmena, es algo maravilloso, en ello está ilustrado el cooperativismo. Mis pasiones son la educación, el cooperativismo y las abejas. Sin educación no podemos avanzar, que ningún niño quede sin escolarizarse, las abejas nos enseñan sobre su gran organización interna, eso es cooperar, y ellas imitan los valores del cooperativismo”, dijo Diana.
A su turno, cuando fue el momento de entregar la distinción, el presidente Carlos Iannizzotto sostuvo que “El valor del esfuerzo, el trabajo en la tierra y el compromiso social están reflejados en estas dos mujeres argentinas. La gente de campo está acostumbrada a levantarse todos los días temprano a sembrar.
Corrientes se está levantando de lo que sufrió y será recordada por el empuje y la entereza de su gente. Esta historia de Diana y el esfuerzo de Magdalena son un auténtico ejemplo de vida. No tenemos más que palabras de aliento, de solidaridad y de agradecimiento por no bajar los brazos”, a lo que agregó: “seguiremos trabajando para impulsar mejoras para sus cooperativas porque nuestra esencia es estar cerca del productor”.
Por su parte, Magdalena Porma, una mujer rural de la Patagonia, lleva una vida trabajando la tierra en sistemas cooperativos. Llegó invitada para participar del Congreso proveniente del Sur, y es presidenta de la cooperativa agrícola ganadera Mulaicom: “La desventaja que tenemos allá son las largas distancias, todo cuesta mucho por ese tema logístico.
En 1986 nace nuestra cooperativa porque por la gran nevada del 84 muchos productores nos quedamos sin animales y había que volver a empezar, y fuimos promocionando el cooperativismo y el modelo asociativo”, relató Magdalena y redondeó: “nuestra cooperativa hace la junta y comercialización de lana, y la compra de mercadería, forraje y leña porque los inviernos son muy crudos. Hay que trabajar en el campo con 10 grados bajo cero, pero lo hacemos con convicción; el cooperativismo es mi política”