Las parcelas que contemplan hasta 10 hectáreas con el cultivo de té son las que se mudan al cultivo de yerba mate por su menor costo de mantenimiento e inversión respecto del té que contempla hasta 4 cortes en el año comparado con la yerba que rara vez supera un corte anual.
El cultivo de té promedia un rinde de 11 mil kilos por hectárea anual mientras que la yerba mate también promedia los 10 mil kilos por hectárea anual pero demandando menos inversión por año para su mantenimiento. Además, con buen clima y fertilización la yerba puede aumentar un 70% su rendimiento.
“Otras de las virtudes de la yerba es que se puede esperar más tiempo una vez listo para cosechar mientras que el té hay que recolectarlo en el momento y de manera mecanizada, de lo contrario, comienza a deteriorarse su calidad en el brote. Los contratos de jornaleros para levantar la cosecha de yerba tienen serias dificultades pero el cultivo permite demorar la recolección”, explica José Kirilinko productor de Campo Viera, Misiones.
Misiones cultiva hoy cerca de 38 mil hectáreas de té pero la rentabilidad que genera el cultivo de té es un 30% de lo que puede llegar a rendir la yerba mate que hoy cubre 155 mil hectáreas en la provincia. “El té Pierde a razón de 900 hectáreas por año, en los últimos 3 años se perdieron casi 3000 hectáreas en la provincia”.
Pese a que el gobierno de la provincia intenta sostener la producción de té financiando y subsidiando insumos el problema radica en que el 90% de la producción de exporta a dólar oficial, mientras que los insumos y costos se diferencian de ese dólar.
Por último, el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM) desde este año permite la plantación de solo cinco nuevas hectáreas, en toda la cadena de la producción yerbatera. Aseguran que la medida apunta a llevar equidad y la protección del pequeño y el mediano productor sin descuidar al gran productor que está involucrado en el desarrollo del cultivo.