En el semestre que va desde el 1° de marzo hasta el 31 de agosto del 2021 la extraordinaria bajante del Río Paraná, principal vía de salida de los productos del complejo agroindustrial argentino, generaría pérdidas a la cadena de valor granaria argentina del orden de los US$ 315 millones, superando la cifra por recaudación anual del peaje de la vía navegable que llega a los 200 millones de dólares oficiales.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que «los mayores costos son producto de la necesidad en ciertos buques de efectuar completamiento de carga en otros puertos argentinos distintos al Gran Rosario. Implica la necesidad de incrementar el volumen cargado en puertos como Bahía Blanca o Quequén donde el precio de originación de la mercadería termina siendo mayor que en el Gran Rosario por los problemas logísticos y mayores costos de transporte terrestre».
También, mayores costos de transporte y logísticos relacionados al menor tonelaje que puede cargarse en los trenes de barcazas que bajan por los ríos Paraná y Paraguay al Gran Rosario desde Paraguay, Bolivia y puertos locales. Nos referimos a mercadería de origen extranjero que trasborda en el Gran Rosario, a poroto de soja que importa temporariamente nuestro país y granos argentinos que llegan desde puertos de cabotaje de Chaco y Entre Ríos.
«Existe un castigo en el precio de harina y aceite de soja de Argentina que se traducen en una presión a la baja de las primas FOB argentina en relación a otros orígenes, como el brasilero». El Río Paraná, principal vía de salida de productos agroindustriales, alcanzará a la altura del Gran Rosario su nivel más bajo en décadas.
Así los costos adicionales en la actividad industrial del complejo oleaginoso del Gran Rosario se presentan producto de la ralentización del ritmo de embarques que genera inconvenientes diversos, saturación de almacenajes y demoras en el ritmo de la molienda.