Los impuestos no coparticipables son el 67% del total que afronta una hectárea agrícola

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La medición de junio de 2021 marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 61,8% para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol. Así lo describe el último informe de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina). 

Es decir, que de cada $100 de renta (valor de la producción menos costos) que genera una hectárea agrícola, $61,8 es lo que representan los distintos impuestos nacionales, provinciales y municipales. Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 61,8%, la participación del Estado en soja es del 67,7%, maíz 50,6%, trigo 59,9% y girasol 47,1%.

El 61,8% de participación del Estado, está compuesto por impuestos nacionales, provinciales y municipales. Los impuestos nacionales no coparticipables representan el 66,6% del total de impuestos que afronta una hectárea agrícola en Argentina.

La composición central de estos impuestos son los derechos de exportación, a los que se le suma el impuesto a los créditos y débitos bancarios. Mientras el índice FADA nacional es de 61,8%, Córdoba registra un 61,7%, Buenos Aires 60,4%, Santa Fe 60,5%, La Pampa 60,7%, Entre Ríos 64,2% y San Luis 60,0%.

Un tema recurrente en este reporte es el federalismo fiscal de un esquema donde la mayor parte de los impuestos son nacionales no coparticipables, en una actividad que por definición es federal y está arraigada regionalmente. Así, la vigencia de los derechos de exportación impacta de manera negativa sobre el federalismo por tres vías.

La primera, es que se incrementan los recursos no coparticipables en manos de Nación; la segunda, es que se reducen los recursos coparticipables por reducción del impuesto a las ganancias; la tercera, es vía los recursos que salen de las regiones productivas en el marco de la existencia de derechos de exportación.

Tipo de cambio y costos

En los últimos 12 meses, el incremento nominal del tipo de cambio oficial fue del 35,6%, pasando de $69,97 por dólar a $94,86. En los últimos 3 meses, se incrementó un 4%. En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en los últimos 12 meses empeoró un 9,5%. Medido a precios de junio de 2021, el tipo de cambio de junio de 2020 era el equivalente actual de $104,83.

Esto significa que el tipo de cambio comienza a atrasarse respecto a la inflación, incrementando los costos de la producción al medirlos en dólares, algo malo para cualquier actividad exportadora. Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que un 51% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados mientras que el restante 49% están pesificados. Si se considera el costo de la tierra dentro del esquema de costos, aquellos que son dolarizados en una hectárea de soja pasan a representar el 64%.

En términos de costos hay algunas luces amarillas, en el último año:

• Los precios de los fertilizantes han aumentado un 40% en dólares

 • El gasoil ha sufrido aumentos de precios superiores al 70%

 • Los costos de labores se han incrementado en un 50%

 • Las tarifas de referencia de fletes muestran aumentos cercanos al 50%, sin embargo, se reportan incrementos reales de hasta el 85% ante la temporada alta de fletes.

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