Durante el mes de marzo las empresas del sector liquidaron la suma de 2.773.576.208 dólares. El ingreso de divisas acumulado de la agroexportación en el primer trimestre del año alcanzó los 6.724.006.940 dólares. Así lo indicó La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 40% de las exportaciones argentinas.
Ese monto del marzo pasado resulta récord absoluto de las estadísticas de los últimos 18 años y de toda la historia de la exportación agroindustrial argentina, y representa un incremento del 53,22% con respecto al precedente mes de febrero.
Una vez más, fue gravitante el aumento sostenido de la demanda de alimentos en todo el mundo por el ingreso en la “nueva normalidad” y por la búsqueda en todos los países por recomponer las existencias internas, incluso de reserva.
En particular, destacó el dinamismo en los precios de los productos industrializados basados en la soja (la harina y el aceite son los principales productos exportados por la Argentina) y de los commodities en general, mientras que en el plano interno además inflluyó la liquidación de stocks para facilitar el ingreso de la próxima cosecha gruesa.
La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas.
La entidad señaló que en este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera.