Durante el último mes de noviembre las empresas del sector liquidaron la suma de 1.734.293.026 dólares, que resulta superior en 1,094 % con respecto a octubre, a pesar de la declinación estacional a fin de año de ingreso de divisas por exportación de la agroindustria. El monto liquidado desde comienzos de año asciende a 18.583.581.963 dólares. Así lo destacó La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 40% de las exportaciones argentinas.
El monto ingresado en noviembre pasado es el más elevado para ese mes desde 2002, a excepción de 2014 y 2019, año éste que desde las PASO de agosto disparó la inusual venta anticipada ante la previsión de incremento en las retenciones, lo cual finalmente ocurrió, como ya señaló un estudio del Banco Central de la República Argentina. Usualmente, el ingreso de divisas disminuye estacionalmente en los últimos meses del año, salvo situaciones distintivas.
En el ingreso de divisas acumulado a lo largo del año influyen factores como las medidas de fuerza de los sindicatos, las oscilaciones en los precios de los commodities, harinas, aceites y sus derivados industrializados causado por la pandemia mundial del COVID-19; la menor molienda de productos derivados de la soja por la “primarización” preexistente; las dificultades operativas por la bajante persistente del río Paraná; los vaivenes climáticos en el Hemisferio Norte y las demoras en las operaciones por la aplicación de los estrictos protocolos sanitarios en el proceso de exportación, además de las demoras logísticas en el tránsito hacia los puertos y plantas procesadoras a comienzos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas.
En este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera.
El complejo oleaginoso-cerealero aportó, el año pasado, el 40,78 % del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC. El principal producto de exportación del país es la harina de soja (13,5 % del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 50%.