Gustavo López, director de la consultora Agritrend, analizó en el marco de MERCOSOJA 2019 el mercado local de la oleaginosa. Lo hizo sin soslayar las perspectivas que se presentan a nivel internacional (sobre todo el efecto de una oferta limitada por los problemas en Estados Unidos), ya que es algo que condiciona fuertemente el escenario de la producción y comercialización nacional.
El consultor estimó que a corto o mediano plazo habrá un impacto positivo en los precios de la oleaginosa con una gran oportunidad para el Mercosur. “Somos quienes estamos brindando gran parte de la materia prima para el sudeste asiático”, dijo. La coyuntura política nacional y la guerra comercial entre EEUU y China siembran incertidumbre.
López se centró en los pros y contras que terminan definiendo la actitud del productor. «Como positivo, en el corto plazo, hay posibilidades de mejora en materia de precios. Pero por otro lado, hay que ver que pasará con la demanda mundial y el tema cambiario. El productor puede vender a futuro y asegurar un precio en dólares, pero no sabe a qué tipo de dólar, en caso de que se haya algún desdoblamiento cambiario», advirtió.
Sobre el ciclo productivo ya lanzado, se mostró optimista. «Es muy factible que estemos en niveles record de producción, eso implica cerca de 140 M de toneladas, con lo cual a efectos de ingreso de divisas es más que interesante. Hay que pensar que 140 M en el marco de los precios actuales, base 100 M que son aproximadamente el total de las exportaciones de subproductos, le permite a Argentina ingresar cerca de 29 mil M de dólares y en materia de retenciones son 5500 M de dólares», detalló.
El gran interrogante que planteó estuvo orientado a qué sucederá con los tributos a futuro, ya que entiende que “llegaron para quedarse”. «En esta coyuntura tan delicada que vive el país, no creo que haya modificaciones. El gran punto es que no se sigan incrementando. Porque en realidad, lejos de lo que la gente piensa, las retenciones fueron bajando en el tiempo, por el componente fijo», apuntó.
En cuanto al contexto internacional se refirió a la reducción del área que experimenta Estados Unidos y el desarrollo del cultivo bastante pobre que exhibe. “Esto que podría ser un efecto alcista, también tiene una contraparte que es el nivel de consumo a nivel internacional y que se da básicamente en un contexto en el que China, principal comprador de soja mundial, tiene serios problemas con los estadounidenses en el marco del conflicto de aranceles que se viene manejando en los últimos dos años. Y la peste porcina redujo notablemente las compras por parte de este mercado”, afirmó. De todos modos, López estimó que a corto o mediano plazo
habrá un impacto positivo en los precios con una oportunidad para el Mercosur. “Somos quienes estamos brindando gran parte de la materia prima para el sudeste asiático”, recordó.
En un análisis del escenario local, consideró que Argentina está atravesando dos ciclos especiales. Por un lado el que está terminando (campaña 2018/19) donde vemos una muy buena producción con muy buen nivel de exportaciones de materias primas, pero con una suerte de retención por parte de los productores de un volumen importante a esta altura del ciclo. “Hay que pensar que estamos en septiembre, y recién lo que está efectivamente vendido con precios, en relación a la producción final de este ciclo, es un 40/45%, lo que significan casi 30 M de toneladas”, evaluó.
El factor incertidumbre es ineludible no sólo en materia de precios externos sino también en el marco del contexto político actual de Argentina. “El hecho de que ha habido un fuerte cambio en las reglas de juego en materia cambiaria y los rumores sobre qué pueda pasar en materia cambiaria generan esa situación.
Esto hace que el productor, que se fue financiando en gran medida con trigo y con maíz, retuvo soja como una suerte de valor de reaseguro para sus finanzas. También estamos viendo que en materia de ventas, los productores son remisos a lo que es la nueva campaña, donde se vendieron pocas posiciones forward. Lo que reafirma la incertidumbre”, dijo.
Como hoy los márgenes para maíz no son los mejores, y en el marco de un buen nivel de tecnología y también climático, es probable que tengamos una producción similar al año anterior, alrededor de 56/57 M de toneladas.
En ese contexto, López estimó que se repetirá un ciclo como el actual pero que el gran interrogante es si vamos a terminar vendiendo más materia prima por el conflicto entre EEUU y China o si se va a privilegiar la industrialización. “Hoy los márgenes de ambas actividades son atractivos, pero en el mediano plazo son más atractivos para la exportación de granos. Esto genera incertidumbre a la industria local, que ya muestra un nivel de ociosidad del 30/35%”, concluyó el analista.