La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó para la campaña fina una superficie de 6,4 millones de hectáreas, 200.000 hectáreas más de las 6,2 millones que se implantaron el año pasado, un 3,2% de crecimiento.

Con un rinde promedio calculado de 32,8 quintales por hectárea, levemente por encima del año pasado, la cosecha alcanzaría el récord de 20,6 millones de toneladas, por encima de las 19 millones de toneladas del último ciclo, que significará un aumento del 8,4 por ciento.

En materia climática también hay estimulo, la gran oferta de humedad que hay en toda el área agrícola. “Tener buena humedad en el momento de partida es casi tener garantizada una buena cosecha”, recordaron. 

Por otro lado, en las zonas con excesos, como el centro-norte de Santa Fe, este de Santiago del Estero y sudoeste de Chaco, se siembre trigo para quitar esa sobreoferta de agua. Y la necesidad de controlar malezas es otro factor que invita a un aumento del área implantada. 

Como punto clave a la hora de aplicar tecnología, se vería un aumento del tres por ciento la demanda de semillas, un incremento de entre tres y cinco por ciento en las aplicaciones de fungicidas, hasta 3,5 millones de litros; y una expansión de entre cuatro a siete por ciento en el uso de fertilizantes, hasta 1,4 millones de toneladas. 

Con respecto a los mercados, aseguran que los precios esperados a cosecha son inferiores a los que se proyectaban a esta misma fecha de 2018, debido a que se espera una recuperación de la producción en los grandes “jugadores” mundiales, como Rusia y Ucrania.

Aunque los precios a enero en el Matba, los valores de pre campaña están 10 por ciento por debajo de los que se veían hace un año, son un ocho por ciento mayor al del ciclo 2017/18, indicaron.

Para la entidad, si no se hubieran reimplantado las retenciones, el área sembrada hubiera trepado hasta 6,7 millones de hectáreas: esas 300 mil hectáreas adicionales significarían un millón de toneladas más y 300 millones de dólares extras para el Producto Bruto triguero. 

Para la cebada, la proyección inicial de siembra es de un millón de hectáreas, similar al registrado el año pasado, con una producción de 4,0 millones de toneladas contra 4,2 millones en 2018/19.